miércoles, 1 de agosto de 2007

Recursos Humanos

Hoy hemos recibido en nuestra oficina la siempre excitante visita del responsable de recursos humanos de la empresa. No tengo nada en contra de esta gente. Bueno, miento, si que lo tengo (muchas cosas en realidad) pero lo que más me indigna es comprobar como estos interfectos cuya labor es “gestionar gente” (y se supone que detectar sus necesidades) pueden atreverse a hacerse una idea sobre los individuos con el simple hecho de sentarse frente a ellos y charlar durante 20 minutos. Así va el mundo de los negocios!
El tipo se pone interesante, te mira a los ojos intentando conocer tu resistencia al reto ocular, medir tu ambición y tus ganas de crecimiento en la empresa. Habla lentamente en su correcto inglés y te hace preguntas superorginales del tipo:

a) ¿cómo te ves dentro de cinco años?
b) ¿te gusta más la vertiente comercial o la técnica de tu trabajo?
c) ¿estarías dispuesto a cambiar de residencia si la empresa te diera la oportunidad?

Las respuestas reales / políticamente correctas para cuestión serían algo así como:

a) con más barriga y con un futuro incierto / desarrollando algún nuevo y apasionante reto en algún recóndito lugar del mundo, comiendo poco, mal y currando mucho. Ganando lo justo, el dinero no es
b) Bueno, preferiría el suelo Nescafé para toda la vida / realmente ambas se complementan bien y, si bien es cierto que tengo un profundo “background” técnico no lo es menos que disfruto con el aspecto comercial para lo cual el conocimiento técnico me resulta sin duda de gran utilidad.
c) El pastizal por delante y empezamos a hablar de movernos que cuando abro lo ojos por la mañana tengo que adivinar dónde estoy por el tacto del interruptor de la luz / por supuesto, valoraría sobre todo la oportunidad de crecer y desarrollarme en el seno de esta empresa que siempre me ha colmado de oportunidades.

Pero hoy, en cierto sentido me he vengado y cuando, al final de la entrevista me ha preguntado “any questions?” me ha entrado el complejo inquisidor estilo Torquemada y he hecho un par de preguntas sobre cuáles eran realmente sus intenciones al entrevistarnos. Ha aguantado el chaparrón y ha balbuceado algo sobre “detectar necesidades” y entonces me he arrepentido de no haberle dicho lo del sueldo Nescafé para toda la vida….

Aquí sentado, desde el sofá de mi pisito y viendo una preciosa puesta de sol de la que os hago partícipes (dentro de lo posible) pienso en lo superfluo de casi todo cuando tienes el estómago lleno, alguien que te quiere y la concentración de colesterol en sangre dentro de la normalidad.

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