viernes, 15 de enero de 2010

Eran cerca de las cuatro de la mañana...

...y éramos los únicos en la sala de ordenadores de la escuela de Agricultura. Poco a poco (como los clientes del bar de “y nos dieron las diez”) los estudiantes se fueron marchando y solamente Alfonso y yo permanecimos para darle el último empujón a nuestras respectivas tesinas. Personalmente, quería rentabilizar los casi dos meses que me había pasado ordeñando cerdas periparturientas y hacer un buen trabajo del que sentirme orgulloso en el futuro. Ahora, es decir, ya en el futuro, mi tesina es un solo un libro polvoriento en alguna estantería de la casa de mis padres que, seguramente no haya aportado nada a las ciencias veterinarias. Está claro que en aquel momento yo le auguraba un futuro más próspero aunque, si hubiera tenido algo de visión, tendría que haberme dado cuenta que la evolución de la concentración de inmunoglobulinas G en el calostro de las cerdas no era un tema con excesivo sex appeal. Pero…eso podría ser tema para otra ocasión.
Ya iba siendo hora de retirarse. Al día siguiente ya no había clase, ni tampoco había que ir a la granja pero estaba a punto de amanecer y permanecer allí más tiempo era sin duda excesivo. Realmente no sé de quien fue la idea de hacer lo que hicimos. Supongo que fue fundamentalmente un efecto combinado del cocktail falta de sueño, exposición a las radiaciones de la pantalla del ordenador y estupidez juvenil pero el caso es que salimos del edificio (si mal no recuerdo se llamaba McRobert building) y nos dirigimos a casa de Alfonso. Allí siempre había bicletas aparcadas y tuvimos la feliz ocurrencia de agenciarnos un par de ellas para darnos un paseito en la madrugada. Creo que Alfonso tomó la de Rui, un portugués “muy profesional” (como el mismo decía)…yo me hice con una que tenía una bocina con forma de cabeza de Pato Donnald.
Nos subimos en ellas e iluminados por la incandescencia de las farolas atravesamos el pétreo paisaje del Old Aberdeen con sus calles de adoquines y sus vetustos y solemnes edificios siempre envueltos en una misteriosa bruma. Nos dirigimos hacia el downtown. El objetivo era ver el amanecer desde un campo de golf a orillas del mar al otro lado de la ciudad. Realmente, era la primera vez que cruzábamos Aberdeen en bicicleta pero la sensación era indescriptible. Prácticamente no había tráfico, sólo algunos camiones de la basura y repartidores a los que saludaba con mi claxon de goma en forma de pato. La noche cambia la percepción de todo. Creo que en ocasiones es capaz de cambiar la realidad en si misma aunque en raras ocasiones nos demos cuenta. Disfrutamos del viento en nuestras caras, de la sensación de libertad que da recorrer una ciudad a velocidad distinta y no estar subyugados a la supremacía de los coches.
Por fin, llegamos al campo de golf. Dejamos las bicicletas en el suelo (pato incluido) y nos sentamos conmovidos ante el imponente aspecto del Mar del Norte. Llegamos justo a tiempo. Los primeros rayos del sol ascendían cambiando el color del cielo y entre estos y nosotros, bandadas de gaviotas iniciando su actividad diurna. Bajo nuestros pies, el campo de golf, tapiz de hierba sin solución de continuidad, terminaba como una alfombra vegetal en una playa de arenas blancas. De repente, a nuestra izquierda, cerca de unos de los greens del campo apareció un ciervo. La sorpresa fue mayúscula pero, desde luego, mucho más raro fue lo que presenciamos unos minutos más tarde… (continuará)

4 comentarios:

si, bwana dijo...

Muy interesante el relato. Supongo que, si era en Aberdeen, debía de hacer un frío de categoría. Espero la continuación (cuando Vd. tenga a bien hacerlo, por supuesto)

Unknown dijo...

Mmmmm, siempre me dejas con ganas de más en el momento exacto...je!
Bueno, tendré que esperar.

Me gusta cuando escribes relatos...

Anónimo dijo...

sii son buenisimos tus relatos, y cuanto continua??? date prisa va?

Luis dijo...

Si, Bwana:

El final está servido. Adelante.

Marianna:

Ya no tienes que esperar! Esta publicado.

Anónimo:

Gracias por tus amables palabras. Alimentan mi ego como se alimenta a un pavo en las semanas previas a Navidad!!! ;)