domingo, 1 de noviembre de 2009

Historia (parte 4)

Paloma estaba congestionada…su respiración seguía alborotada y esta vez no era por la celeridad de su marcha para descolgar el teléfono…su cabeza también recuperó una actividad inusual ya en los últimos años; no era capaz de procesar tantos recuerdos, reflexiones, deseos, dudas, miedos, estrategias, especulaciones e hipótesis sobre lo que sería de su vida a partir de ese momento.

Sólo sentía fogonazos descarnados, puros de esas ideas que nacen en la parte más profunda del cerebro o quizá del alma y que no da tiempo a barnizar con el matiz del raciocinio antes de que golpeen nuestra conciencia: fogonazos de culpabilidad por lo que le había hecho a Mauricio…destellos de esperanza ante la expectativa de no acabar sola regando sus plantas los últimos días de su vida… fríos relámpago de miedo por el qué dirían sus hijos si la vieran con otro hombre…

Dentro del guión del invierno de su vida ya no había lugar para las flores, para los paisajes verdes, para las mariposas…estaba convencida de que su destino sería extinguirse poco a poco, como el fuego en una vela agotada, como el murmullo de las fiestas del barrio en la madrugada, como se extinguen las vidas de las ancianas solas que un día aparecen muertas sobre su capa como pajarillos sin aliento y que las asistentas sociales descubren al hacer la cama entre las arrugas de las sábanas.

Continuará….

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me recuerda a Amor en tiempos del cólera...