Gente, que se despierta cuando aún es de noche
y cocina cuando cae el sol.
Gente que acompaña gente en hospitales, parques…
Gente que despide o que recibe gente en los andenes.
Gente que va de frente y que no esquiva tu mirada
Y que percibe en el viento cómo será el verano,
Cómo será el invierno
Dos, tres horas para disfrutarte
Y dos de cada días para darte
un pasaje en la más bella historia de amor.
Dos, tres horas para contemplarte
Y dos de cada siete días para darte.
Me acomodo en un rincón de tu corazón
Gente que pide por la gente en los altares,
en las romerías.
Gente que da la vida
Que infunde fe
Que crece y que merece paz
Gente que se funde en un abrazo en el horror
Y que comparte el oleaje de su alma
Gente que nos renueva la pequeña esperanza de un día
Vivir en paz.
Dos, tres horas para disfrutarte
Y dos de cada días para darte
un pasaje en la más bella historia de amor.
Dos, tres horas para contemplarte
Y dos de cada siete días para darte.
Me acomodo en un rincón de mi corazón
Para vivir así, en miradas transpartentes.
Recibir su luz definitivamente
Lunes van pasando,
Pero aquella luz
Nos sigue iluminando.
Qué fresca es la sombra que ofrecen.
Que límpia el agua dulce de su mirada
Es por ti que empiezo un nuevo día
Hay ángeles entre nosotros.
Dos, tres horas para disfrutarte
Y dos de cada días para darte
un pasaje en la más bella historia de amor.
Gente, que se despierta cuando aún es de noche
y cocina cuando cae el sol.
Gente que acompaña gente en hospitales, parques…
Gente que despide o que recibe gente en los andenes.
Gente que va de frente y que no esquiva tu mirada
Y que percibe en el viento cómo será el verano,
Cómo será el invierno
Dos, tres horas para disfrutarte
Y dos de cada días para darte
un pasaje en la más bella historia de amor.
Dos, tres horas para contemplarte
Y dos de cada siete días para darte.
Me acomodo en un rincón de tu corazón
Gente que pide por la gente en los altares,
en las romerías.
Gente que da la vida
Que infunde fe
Que crece y que merece paz
Gente que se funde en un abrazo en el horror
Y que comparte el oleaje de su alma
Gente que nos renueva la pequeña esperanza de un día
Vivir en paz.
Dos, tres horas para disfrutarte
Y dos de cada días para darte
un pasaje en la más bella historia de amor.
Dos, tres horas para contemplarte
Y dos de cada siete días para darte.
Me acomodo en un rincón de mi corazón
Para vivir así, en miradas transpartentes.
Recibir su luz definitivamente
Lunes van pasando,
Pero aquella luz
Nos sigue iluminando.
Qué fresca es la sombra que ofrecen.
Que límpia el agua dulce de su mirada
Es por ti que empiezo un nuevo día
Hay ángeles entre nosotros.
Dos, tres horas para disfrutarte
Y dos de cada días para darte
un pasaje en la más bella historia de amor.
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2 comentarios:
Un abrazo Luis!
Que casualidad, estos días tuve esta canción en los labios todo el día...
me encanta esa letra... ¿entiendes ahora por qué mi otro blog tiene esa dirección?
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