lunes, 5 de enero de 2009

La Red

Mientras espero la salida del tren veo por un instante a las personas como nudos. Nudos de historias, unas abiertas, otras cerradas...cuantas más historias abiertas dejas en tu camino, más desilachado pareces, más riesgo de enredarte con los hilos de otras personas con las que te cruzas cada día en la oficina, en el tren, en los servicios de los centros comerciales, en el cine, en la carnicería...con los hilos que todos arrastramos creamos una red en la que, inconscientemente, permanecemos interconectados. Una red efímera en ocasiones y muy persistente otras. A veces se crean lazos y no podemos cortarlos por más que lo intentamos...sólo el tiempo los debilita, la acción de los agentes naturales los erosiona. Si somos fuertes, podemos romperlos antes; si no, serán la lluvia, el hielo, el calor y el frío quienes lo hagan por nosotros pero no hay mal (ni bien) que cien años dure.

2 comentarios:

Isabel Sira dijo...

Puede ser bueno liarte con los hilos de otro, ¿no?
Pero me has dejado nada de cerrarlo todo, atarlo...

Lovely dijo...

Pues sí, la mayoría de los hilos que nos unen a otras personas se acaban gastando como bien dices. Pero hay otros que si cada extremo se lo propone lejos de erosionarse se van fortaleciendo como lianas, engordándose con hiedra y musgo, cada vez más grandes.
Por desgracia este tipo de lazos no abundan, pero haberlos, haylos.
La pena es cuando un de los extremos sigue alimentando el hilo con sabia, pero al otro lado no hay nadie a quien le llegue, porque ese alguien rompió el hilo por su cuenta y se dió a la fuga.