jueves, 28 de febrero de 2008

Capítulo 1

Esta mañana me he levantado (hasta aquí todo normal, jejeje) y he dirigido mi vista hacia el parque que hay entre mi casa y la ría. Un ejército de gaviotas homogéneamente distribuidas por la vegetal alfombra verde de gramíneas salpicada de deposiciones caninas, preparaba su ataque a algún banco de peces.

El aire estaba pesado, como ionizado, por eso el poco pelo que me queda estaba en estado de rebelión, anárquicamente distribuido por mi apéndice cefálico en singular composición abstracta. He tenido que someterme a una ducha con agua hirviendo para reducir tal alzamiento popular piloso. A consecuencia de ello, mi piel, otrora de un tono negro azabache, se ha tornado rosada como la de un lechón recién destetado.

Con esta apariencia de Crispín Clander, he salido a la calle. Coco estaba alborozado, sorprendido, melancólico, bucólico..tirando a alcohólico, diría yo. No es normal que yo ejerza mi obligación de pasearlo a tan tempranas horas de la mañana (hay vida a las 8 am! Grité al unísono conmigo mismo!) así que no me quitaba el ojo de encima (es una forma de hablar, no es que sea un perro cíclope) ni siquiera mientras olisqueaba las migajas de bocata que alguna cría humana dejó junto al banco que linda con el parque de juegos infantiles. Por cierto, antes teníamos toboganes y columpios (o “culumpios”, según los más castizos), ahora, estos lugares tienen estructuras de formas indefinibles y que requieren de un curso de iniciación y especialización posterior para utilizarlos. Extrañas palancas, poleas, arneses, pinchos redondeados, gomas, cuerdas, gravilla y maderas, se combinan de caprichosas maneras para servir de diversión a las pequeñas bestias.

He dejado ese diabólico espacio a mi izquierda y he girado 360 grados hacia mi derecha. Tras pensarlo un momento, me he percatado de que estaba en la posición inicial. Tras una serie de experiencias de ensayo y error he dirigido mi cuerpo hacia el lugar deseado bajo la directriz “mueve tus pies que tu cuerpo te seguirá! ”.

Al fondo del camino geométricamente trazado entre dos superficies de hierba se erguía un siniestro batallón esperándome….

To be continued…

7 comentarios:

yo dijo...

me has dejado en vilo!!!

Gaby dijo...

Si hombre, eso no se hace... ¿Quienes estaban esperandote?, ¿duendes?, ¿acaso una manada salvaje de perros rabiosos?, ¿El pobre de Coco tuvo que enfrentarlos para proteger a su amo?.... No, ¡¡¡ya se!!!, eran zombies hambrientos que querian transformarte en su lider y así conquistar al mundo.

Ya vez porque uno no debe dejar las cosas en suspenso.... A ver, ahora supera esto. ;D

Ana dijo...

A la intriga le ha precedido un descojoneeeeeee ... ays niño! gracias por hacerme sonreir esta tarde de curro!!

Escribes de la leche! (de la ostia me sonaba fatal! .. y lo del colegio de monjas tiene su poso fío).

Besosmil.

Mariana dijo...

Me gusta mucho la calidad de tu descripción. Yo no puedo ser tan descriptiva.

Te platico que las gaviotas me encantan. Los sonidos que emiten me traen siempre recuerdos bellos. Aunque en teoría tengo una mala experiencia con una gaviota muerta en mi niñez, eso no lo recuerdo y lo demás sí.

¡Gracias por tus respuestas!

¡Besos!

Mariana.

toayita dijo...

Estás seguro de que lo que tienes en el parque de al lado de tu casa son columpios????...no será una sala de sado al aire libre??? :P
Espero con ansia la segunda entrega...

Anónimo dijo...

¡¡¡Toma misterio e intriga!!!, me quedo mordiéndome las uñas, no tardes demasiado con el segundo capítulo, por favor.
Pareces de mejor ánimo que ultimamente ¿o es un espejismo?, dime la verdad.
Anónimo II.

-- dijo...

Tsss, ¿cuál es el
objetivo de dejarnos
así?, es acaso
que quieres que Gaby
lede seguimiento al
relato, porque creeme,
su imaginación dio
mucho de ke hablar segun su
comentario jaja.

Bueno, pues pienso que
se te aparecieron unos
perros rabiosos -coincido
con Gaby jeje-,