lunes, 7 de enero de 2008

Noche de Reyes


Justo después de la cosecha se preparaban los “machizos”. Los machizos eran unas rudimentarias antorchas compuestas por paja de centeno sin trillar ensambladas con cuerdas con el fin de darles mayor consistencia y longitud. Llegaban a alcanzar un par de metros de altura y la compresión de las pajas les permitía arder durante el tiempo suficiente como para cumplir la misión para la que habían sido diseñados.

Se guardaban desde finales de Julio o inicio de Agosto hasta la noche de Reyes en algún lugar apartado y seco de la casa para que no se humedecieran nunca. (solían conservarse en la “panera”, el lugar de la casa destinado a guardar el “pan”, es decir, el trigo que se iba empleando durante el resto del año para la alimentación de la familia y de los animales domésticos).

Al llegar la noche de Reyes, cada niño de la casa tomaba su correspondiente machizo y sus padres lo encendían. Entonces comenzaba una curiosa peregrinación que les llevaba a través de la carretera de Astorga hasta un lugar conocido como Las Llamas. Un pequeño ejército de niños ilusionados viajaba con sus artesanales antorchas un par de kilómetros lejos del pueblo para, de esta forma, llamar la atención de los Reyes de Oriente en su largo viaje nocturno. En el fondo esto no era más de dejar por unas horas el pueblo vacío de muchachada y que de esta forma “los reyes magos de oriente” pudieran hacer su trabajo de forma cómoda.

Cuando los machizos se apagaban, los niños volvían y encontraban sus regalos justo donde tenían que estar.

A mi ya no me tocó vivirlo. En mis tiempos hacíamos hogueras con el mismo fin (atraer a SSMM a nuestras casas). El seis de Enero era un día de catarsis, de buscar todo lo viejo que había por casa e ir a talleres de neumáticos para conseguir un fuego duradero. Lo más grande posible. Durante todo el día apilábamos todo lo que fuera susceptible de arder y después de la cena salíamos ilusionados a “llamar a los Reyes”. Al volver a casa, aquella misma noche, encontrábamos la recompensa a nuestro esfuerzo.

Este año he llegado ya en la noche a cenar a casa de mis padres el día de Reyes. Ya no hay machizos y sólo he visto una hoguera en todo el pueblo. Ya no quedan casi niños, ni paja de centeno, ni neumáticos viejos…

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Veo que no pierdes ni un minuto... así me gusta... cumpliendo!
La verdad es que es una pena que esta, como otras muchas tipicas tradiciones se vayan perdiendo con el tiempo... supongo que hay que achacarselo a la evolución de la vida, de las personas y de los lugares que a veces no resulta nada interesante..

Rebilated dijo...

Hay que achacárselo a que ya nohay niños en los pueblos en otra época que no sea verano, ahora los tenemos a todos en la ciudad atracando viejecitas y haciendo bandas callejeras (un poco exagerado, pero mas o menos...).

Yo sigo esperando el evento o desgracia que nos haga volver de nuevo a los pueblos y a la vida agrícola, y que en las pequeñas aldeas se vuelvan a oir las risas de los niños, los quejidos de los viejos y los quehaceres de la gente, que en mi opinion eran una de las cosas especiales de la vida rural (y que a mi me encantan).

Nils dijo...

Vaya, pues una pena que una tradición tan bonita perezca. Los padres se las saben todas jejeje

Ana dijo...

Qué bonita historia y tradición.
Qué pena que se pierdan tantas cosas bajo la modernidad actual.
De todas formas me quedo con laidea de hacer mi hoguera particular, aunque sea mental.
Besos niño.

Luis dijo...

Yoli: tendré que llevarme una libretita para ir apuntando las ideas. Todo sale mucho más rápido.

Rebilated: La realidad supera a la ficción. En los pueblos nunca se han quemado a los "sin techo". De hecho, nunca ha habido sin techo.

Nils: Si que es bonita si. Y muy peculiar.

Ana: Que no sea mental! Quememos a algunos brujo/as en ella!

Juanan!! dijo...

Vosotros véis la pérdida de una tradición... A mi me parece un paso más en favor del medio ambiente.
Será que a mí, todo lo que implique tradición y continuidad...

Y por cierto, luis, los niños en la fila de hogueras... ¿No da un poco de mal rollo? No sé, en plan Los Niños del Maíz, o otra de tantas...

Isabel Sira dijo...

Qué triste sonó... Deberías haber hecho tu propia hoguera...

Luis dijo...

Juanan: Puedo estar de acuerdo en el caso de las hogueras...en lo de los niños en fila..ni de coña!!

Arwen: Sí y quemarme a lo bonzo!!

Isabel Sira dijo...

No, no, no, de quemarse a lo bonzo nada, faltaría plus. Ni en broma me digas eso, chiquillo. Quemar lo que hay que quemar son los malos rollos, la mala leche que se gastan algunos, las ganas de fastidiar a los demás que tienen otros, la falta de ilusión que la tele provoca en los niños... Pero tú, ¡nunca!

-- dijo...

Hola Luis,
pues coincido en
lo del medio
ambiente, pero
sería genial volver
a revivir esas
costumbres aunque
sea por una
noche.
Y de nuevo EL
PUEBLO, me gustan
tus historias!!

Alvaro dijo...

Curiosa costumbre.

Y bonita :)

Gaby dijo...

Esa tradición no la conocia. Que triste que se terminara.

VITOCHAS dijo...

Qué buen relato!

En cada región hay distintas costumbres. Pero el relato de ésta en particular me gustó mucho.

De hecho la forma en que lo has narrado tiene la dosis exacta de nostalgia que le da un gran valor literario.

En México, particularmente en la Ciudad de México, no era posible andar quemando llantas o montones de paja, así que lo que adoptamos fue la tradición de enviar el pliego petitorio (pues definitivamente una carta no era) a los Reyes Magos, colgado de un globo inflado con gas.

En fin, me gustó mucho este texto.

Como propósito de inicio de año haré lo posible por ser un buen lector de los blogs de quienes, como tú, amablemente disponen de algunos minutos para leerme a mi.

Saludos
Víctor

Lovely dijo...

Muy bonita tradición. Es una pena que todo se vaya perdiendo.
Yo lo único que relaciono con los Reyes es la cabalgata, la ilusión y el nerviosismo que no te dejaba dormir, atenta a todos los ruiditos que se oían por la casa .

Yo sigo poniendo mi zapato año tras año y Baltasar no me defrauda nunca! jajaja.

Luis dijo...

Arwen: Vale, vale...pues no me quemo. Qué poca personalidad tengo.

Kathy: Me alegro que te gusten... claro que si.

Adidas: Es tan curiosa que creo que ni siquiera se hacía en otros pueblos de alrededor (y te estoy hablando de un pueblo que ahora mismo tiene unos 100 habitantes..y puede que me esté pasando).


Gaby: Si la llegas a conocer te doy un doctorado en antropología, o sociología, o lo que sea....porque es más rara que un perro estampado a cuadros (que decía Sabina).

Vitochas: Se ve que te provocado un gran sentimiento de culpabilidad con mi comentario!! ja, ja, ja..tranquilo, solo pásate si te apetece. Yo lo seguiré haciendo por el tuyo.. de eso se trata!!!

Lovely: Andabas perdida!!!! Bienvenidda de nuevo!!

Anónimo dijo...

Bonito relato, niño. Por Galicia hay una tradición similar que se sigue haciendo no recuerdo el lugar, se llama de los "fachons" y creo que es por la noche de San Juan, cuando las hogueras.
Un abrazo.
Anónimo II (sigo así,sin dar la cara, no por temor)

Bito dijo...

Pues menuda pena que una tradición así se pierda, porque yo la seguiría encantado, tiene mucho más sentido que peregrinar al Corte Inglés.

Anónimo dijo...

Anónimo II, la tradición de la que hablas en San Juan, aunque no la conozco no me parece muy similar a la del relato. Por lo que he entendido la finalidad principal del paseo nocturno con antorchas era que los niños se ausentasen de sus casas para que "llegasen" los Reyes Magos. ¿Tal vez opuesta? ¿Para que se fuesen las meigas?

Sandra dijo...

Yo soy amante de conservar las tradiciones pero lamentablemente el mundo va en el lado opuesto, es una lástima!!!
Aunque esta es una tradicion de una región muy particular me parecio maravilloso que aún se conserve!!! Bravo por eso!!!