lunes, 13 de agosto de 2007

¿Cómo coño titulo a esto? (Se admiten sugencias)

Vaya, me he levantado tarde otra vez…de nuevo he reprogramado el despertador como tres o cuatro veces para finalmente caer profundamente dormido. Por cuestiones supra – racionales, cuando esto me ocurre siempre acabo despertándome sobresaltado justo a la hora a la que tendría que estar entrando por la puerta del trabajo. Ni antes ni después.

Si bien es cierto que mi horario tiene más flexibilidad que el hijo del hombre Boomer y Cicciolina (sobre todo en lo referente a la elongación del mismo), no me gusta llegar tarde por aquello de guardar las formas, de dar ejemplo…la cuestión del no sólo “serlo” sino el “parecerlo” (en mi experiencia quien se ocupa de esto, ni lo es ni lo parece).

Pero bueno, en esencia, el corazón a cien, los nervios de “picos pardos”, los ojos desorbitados abriéndose paso entre las legañas, los movimientos sobrados de rapidez pero carentes de exactitud. Ese golpe de falange del dedo meñique con la pata de la cama, ese hombro que se estrella contra el marco de la puerta del baño…esa camisa que nunca está planchada cuando la necesitas, esa agua caliente que siempre tarda más de lo que debe.

Llego a la cocina, medio descoyuntado; medio vestido, medio desnudo. Sé que mi vecina me mira perfectamente aseada y su cabello en un orden perfecto mientras se come una magdalena y piensa en lo desastre que soy. Siempre corriendo tarde mal y nunca, con todo a medio hacer. Abro el frigorífico, como siempre no hay nada de desayuno. Hubiera sido un milagro que los restos de la cena de anoche, posiblemente ensalada de gambas china, se hubiera mantenido incorrupto como el dedo de Santa Teresa doce horas más tarde. “El período de caducidad de la comida china es pretérito”. Eso es una de las primeras cosas que aprendes cuando vives solo. La segunda quizá es que las camas no se hacen por si solas y que las pelotillas de algodón que hacen concentraciones solidarias bajo los muebles son la demostración fehaciente de que la ley de Lavoisier (“nada se crea ni se destruye, sólo se transforma), es radicalmente falsa.

Hay un poco de jamón en el frigo. Seco, sin grasa, con la consistencia de los pechos de Ana Obregón (supongo)…”cuando no tengo lomo, de todo como”, así que decido engullirlo, como los pavos que tiene mi padre que se comen cualquier objeto brillante por muy grande que este sea (lo próximo será probar con el tapacubos del coche- de mi no se ríen esos cabrones). Sigo respirando a trompicones. Para no perder tiempo y contrarrestar lo salado de segundo jamón más barato de exhibidor de Haley. Introduzco un mendrugo de pan en la boca al mismo tiempo.

Las glándulas salivares se contraen en un esfuerzo “exprimidor” máximo pero no son capaces de general el caudal (volumen de fluido / tiempo) necesario para reblandecer la pasta de hormigonera que tengo en el interior de mi boca.

“Si los pavos lo hacen, yo también puedo” – pienso para mi inocentemente -. El trozo externo del jamón se queda anclado en la epiglotis, el pedazo más profundo está bien entrado el esófago. Se produce un momento de confusión. Intento ponerme en la piel de un pavo. ¿Qué haría él en este momento? Inmediatamente me doy cuenta de que no soy un pavo (oh! Gran descubrimiento) y caigo desplomado en el suelo de la cocina ante la anoxia cerebral que se apodera de mi. Veo mi vida en diapositivas: “mi primer gorrión capturado con pajarera, mi primer beso (sin pagar), las palizas que me pegaban en el colegio, aquella vez que me ataron a un poste de teléfono, el momento en el que aprendí a montar en bicicleta sin ruedines (bueno, creía que había aprendido hasta que la gravedad me demostró que mi conclusión era prematura), aquella carta del apostol San Pablo a los Tesalonicenses que tanto me emocionó….”. En fin, todas esas cosas que uno recuerda cuando la va a diñar. Lo último que vi, fue a mi abuela gritándome: “cagaprisas…vísteme despacio que tengo prisa!”; sabio consejo que nunca seguí y me llevó a acabar muerto como un gorrión de 90 kg en el suelo de la cocina un lunes por la mañana.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Un cierto olor a podrido.

Anónimo dijo...

Hola primo! Despues de tu caótico despegue matinal, la verdad es que siento curiosidad acerca de como transcurrio el resto de la jornada.... jeje!
La verdad es que me ha llamado poderosamente la atención lo de despertarse en el minuto exacto de tener que estar entrando por la puerta del trabajo... es que a mi tambien me ha ocurrido (afortunadamente solo un par de veces pero fastidia).
Como opción a título se me ocurre... huummm!
"Como comenzar el dia con el pie cambiado"
"Más dificil todavia"
"Hoy pudo ser un gran día"
La verdad es que nunca se me dieron bien los titulares pero lo que cuenta es la intención, no?
Ah! por cierto, el hecho de que hasta ahora no hayas tenido comentarios no significa que no tengas seguidores incondionales que no se pierden ni un solo día tus historias dantescas, lo que ocurre que la vagonitis está muy extendida... Jeje!
Procuraré ser un poco más aplicada...

Luis dijo...

Ey!!! Muy bien prima!!!!
Gracias!

Pinche Vieja dijo...

Se puede llamar: "el mojito se hace con hierbabuena, nocon hierba mota".... o " mil y una consecuencias de mezclar vodka, tequila, cheve y hachís"

•°· NiGHToLoGy ·°• dijo...

Ya te puse en mi weblog.
Por cierto, cada día me gusta más como escribes.
Últimamente no tengo mucho tiempo para dedicarme a leer otros weblogs, más que nada porque apenas tengo tiempo para leer en el mío, pero prometo sacar algo de tiempo despues de vacaciones para ponerme al día.
Ahora solo te falta abrir un perfil en EPZ... lo espero con ganas, quiero ver tus fotos, así que ya sabes.
Un beso y mucho ánimo para esas oposiciones.

Noe

•°· NiGHToLoGy ·°• dijo...

Quería decir para escribir en el mío xDDDD una que se acaba de caer de la cama... es lo que tiene :P

suri kata dijo...

Conozco esas sensaciones, incluso las recuerdo con nostalgia.

La de la nevera vacía... durante mucho tiempo la mía solo refrigeraba salchichas Oscar Mayer y el pescado congelado del gato.

Y la de muerte inminente por asfixia... tras tragarme un trozo de carne inmasticable en una barbacoa nocturna (en mi caso sobreviví gracias a que tenía al lado a un estudiante de medicina que se tomó en serio mis retorcimientos).

El título así está bien.

Chuspi dijo...

como titular " esto " ??
se me ocurren muchas cosillas.....a ver, a ver..teniendo en cuenta que me solidarizo contigo al 1000x100 como sobona y marmota nata donde se precie...pos....."BENDITOS CHICHONES MAÑANEROS" jajaja !!!
" Putos madrugones de full" jajaja!! ( perdonando la expresión, pero bien cierta.. )
" Sera la última vez "
etc.........ala, ala, discurre tú un poquito que no te vamos a hacer los demás el currelo, jajaj !!