sábado, 7 de julio de 2007

Patético



Amiguitos, la noche de ayer fue una de las más lamentables que recuerdo haber vivido desde aquella en la que se oyó decir a un conocido personaje de la movida de Veguellina que él y su socio (con el que estaba hablando en aquel momento) eran “los más londinenses del pueblo” sabiendo como se sabía que jamás habían viajado a la capital británica. Aunque...ahora que recuerdo, esto rivaliza por ridículo con las declaraciones de otro popular batera de grupo de pop-rock rural independiente de la misma localidad justificando su trabajo en una orquesta del pueblo porque según él “tocando pasodobles también se aprende”. Esta claro que quien no se consuela es porque no quiere. Que se lo pregunten a los de Izquierda Unida en cada balance de los resultados post electorales desde el comienzo de la democracia en este santo pais.

Pues bien, eran como las diez y media y no sabía que hacer; así que tracé un plan con el único fin de evitar quedarme en casa. Era viernes y la depresión y el jet lag me habrían convertido en una presa fácil de algún programa de víscera cardiaca en la televisión. Era perfectamente consciente de los riesgos, así que decidí que iría al cine.

Consulté la cartelera, pero resulta que no había demasiadas cosas interesantes como suele ser habitual. Sólo había dos películas que en cierto sentido podían llamarme la atención. Una era “28 semanas después” (prometo "reportarme", si merece la pena) y la otra “Tideland”. El último pase de la primera película era a las 10 y media, por tanto la elección fue simple, iría a ver “Tideland” . Este "flim" esta dirigido por un ex Monthy Pyton (Terry Gilian), que también dirigió por ejemplo la resultona “9 monos”. La ponían en versión original subtitulado (asumible) pero a la una de la madrugada. Me entró un poquillo de flojera pero se me quitó instantáneamente al visualizar mi cuerpo yaciendo baboso en el sofá un viernes noche ante el televisor.

Así que nada, me fui al centro en mi poderoso Focus de Lease Plan y me metí en el aparcamiento del Multicine. Saqué la entrada con mucha antelación ya que aún eran las 11 de la noche y me fui a dar un paseo. Comencé en el puerto y estaba ya junto al estadio de Riazor cuando me dí cuenta de que quedaban sólo unos 20 minutos para el comienzo de la película. Tuve que apretar un poco el culo para no perderme el comienzo. El lugar presentaba un ambiente casi fantasmagórico de no ser por un leve movimiento de cuerpos frikies comprando las últimas palomitas plastificadas de la noche. El operario que supervisó mi entrada me dijo que la sala 1 era la primera a la izquierda. Diligentemente y como soy muy bien mandado me fuí en esa dirección aunque no encontré la sala a la primera por lo que tuve que volver sobre mis pasos. Por fin, divisé un enorme 1 en la pared pero la hoquedad de la entrada no resultaba obvia. Enfoqué un poquito y pude darme cuenta de que la puerta estaba cerrada y por ese motivo estaba un poco desconcertado. Miré mi reloj y comprobé que aún era la una menos cinco. Entonces revisé la hora de inicio de la película en la entrada pensando que me había equivocado y que quizá ya habría comenzado… pero no. Todo estaba correcto así que me arriesgué a abrir la puerta.

Había publicidad en la pantalla. Señal inequívoca de que pronto comenzaría la exhibición. Caminé por el pasillo. En la sala aún no se habían apagado las luces y por lo tanto, pude comprobar fácilmente que....no había nadie. No es que esperara que aquello fuera el Corte Inglés en las Rebajas de Enero pero tampoco aquello.
Teniendo en cuenta que la película parecía tener ciertas dosis de terror (según las críticas que había leído antes), la perspectiva no era muy prometedora. Esperé, confiando en que antes del inicio llegara alguien más a hacerme compañía (incluso pensé en inventarme alguna frase simpática para recibirlo)…Pero por desgracia, no llegó nadie y por tanto yo era la única persona en un cuarto de millón de habitantes (Coruña y área metropolitana) a la que se le había ocurrido ver aquella película a esas horas!
Realmente, no creo que merezca la pena hacer muchos comentarios sobre la cita más allá que decir que resistí como pude las dos primeras horas, tras las cuales, a eso de las 3 de la madrugada decidí que no podía seguir viendo aquel espectáculo lamentable protagonizado por una niña con doble personalidad que discutía con las cabezas de sus muñecas y se sentaba en el regazo de su padre muerto hacía días introduciéndole crema de cacahuetes en la boca.

Salí del cine mientras Dickens (un chico retrasado que la niña-Gollum se ligó) le iba a enseñar a la niña “su secreto”. Imagináos lo poco interesado que estaba que ni siquiera tuve paciencia para esperar. Me dirigí hacia la entrada general de los cinespero la puerta estaba cerrada. Allí no había nadie! Supuse que, de algún modo, aquello tendría que abrirse y tras algunos movimientos medianamente bruscos de forcejeo con el ingenio mecánico oí unos pasos tras de mi acercándose en mi rescate. Se trataba seguramente del único ser vivo en aquel recinto a parte de mi. Le dediqué una sonrisa fingida como queriendo hacer ver que, a pesar de estar viendo una película coñazo en versión subtitulada a las 3 de la madrugada de un viernes, yo era totalmente normal. Por supuesto que no logré mi objetivo y el tipo se debió largar pensando algo como “si no me pagaran por esto, de cojones iba yo a estar aquí un viernes por la noche a estas horas!”.

Me sentí como cuando a Arthur, el protagonista de Starting Out y Getting on, nuestros libros de inglés del instituto, le abandonaba la bella Mary por el rico y guapo Bruce. "Very miserable!" La palabra tristeza no llega a definir cómo me sentía….
Encontré mi coche sin dificultad y conduje hasta mi casa pensando que Terry Gilian ha hecho cosas más afortunadas y definitivamente, yo había tenido noches mejores!

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